El Bristol Motor Speedway, apodado «el último gran coliseo», ha sido un elemento fijo de la NASCAR desde su inauguración en 1961. Construido en una antigua granja lechera en el noreste de Tennessee, el circuito original era un óvalo de media milla con un peralte de 22 grados y capacidad para algo más de 18 000 aficionados. Incluso en sus inicios, Bristol se hizo rápidamente famoso por sus reñidas carreras, su gran dramatismo y el rugido de la multitud que resonaba en las colinas circundantes.
A lo largo de los años 60 y 70, Bristol se convirtió en uno de los circuitos favoritos tanto de pilotos como de aficionados. La pista se reconfiguró en 1969 para aumentar el peralte hasta unos pronunciados 36 grados, creando uno de los circuitos cortos más rápidos y desafiantes de este deporte. En las décadas siguientes, las instalaciones se ampliaron en varias ocasiones, hasta convertirse en un recinto totalmente cerrado, similar a un estadio, con gradas que rodean toda la pista. Hoy en día, Bristol tiene capacidad para más de 150 000 espectadores, lo que lo convierte en uno de los circuitos más grandes y ruidosos de todos los deportes de motor.
Bristol es famoso por sus dos carreras anuales de la NASCAR Cup Series. La carrera de primavera ha experimentado muchos cambios de formato a lo largo de los años, incluido el regreso de las carreras sobre tierra en 2021 y 2022, cuando la superficie de hormigón se cubrió de arcilla para recrear las raíces de este deporte. El evento de septiembre, la Bass Pro Shops Night Race, se ha convertido en la joya de la corona del calendario de la NASCAR. Celebrada bajo los focos, es una de las carreras de pista corta más intensas y prestigiosas del mundo.
A lo largo de las décadas, Bristol ha sido escenario de innumerables momentos legendarios: el dominio de Darrell Waltrip en la década de 1980, el famoso bump-and-run de Dale Earnhardt a Terry Labonte en 1999, el triplete de Kyle Busch en las tres carreras de la serie nacional en un solo fin de semana en 2010 y las intensas batallas de los playoffs en la era moderna.
La combinación de acción en pista corta, peraltes pronunciados y ambiente de estadio del Bristol Motor Speedway lo convierten en un destino imprescindible para los aficionados a las carreras. Tanto si llevas décadas visitándolo como si es tu primer viaje, la experiencia es diferente a cualquier otra en la NASCAR.
HISTORIA DEL BRISTOL MOTOR SPEEDWAY
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