ACERCA DEL BRISTOL MOTOR SPEEDWAY

El Bristol Motor Speedway, a menudo llamado El último gran coliseo, es uno de los circuitos más singulares y queridos de la NASCAR. Inaugurado en 1961, este óvalo de media milla está enclavado en las colinas del noreste de Tennessee y se reconoce al instante por sus imponentes gradas estilo estadio que rodean todo el circuito. Con capacidad para más de 150 000 aficionados, ofrece un ambiente único en el mundo del motor: el rugido de los motores resuena en las gradas, creando un sonido y una energía que hay que experimentar en persona.

El peralte de 36 grados de la pista es uno de los más pronunciados de la NASCAR, lo que da lugar a vueltas rapidísimas y a intensas carreras en paralelo. Los pilotos están constantemente envueltos en el tráfico y los contactos son casi inevitables, por lo que Bristol tiene fama de ser un circuito en el que se calientan los ánimos y se recrudecen las rivalidades. La corta longitud de la pista permite a los aficionados ver toda la carrera desde casi cualquier asiento, lo que la convierte en uno de los circuitos más espectaculares de este deporte.

Bristol acoge las divisiones más importantes de la NASCAR dos veces por temporada. La primera es la carrera de primavera, que suele celebrarse en marzo o abril y que, en los últimos años, ha incluido la histórica carrera sobre tierra, que transforma la superficie de hormigón en una pista corta cubierta de arcilla para ofrecer un reto completamente diferente. La segunda es la legendaria Bass Pro Shops Night Race, en septiembre, una carrera nocturna, bajo los focos, que se celebra el sábado por la noche y que es uno de los eventos más importantes del calendario de la NASCAR Cup Series. Ambos fines de semana están repletos de acción, con la Cup Series junto a las carreras de Xfinity, Truck y ARCA.

Fuera de la pista, el Bristol Motor Speedway ofrece a los aficionados una experiencia de entretenimiento completa. La fan zone cuenta con música en directo, apariciones de pilotos, exposiciones interactivas y una gran variedad de puestos de comida y merchandising. Los eventos previos a la carrera suelen incluir grandes conciertos y presentaciones de los pilotos en un escenario situado en la línea de salida/meta, lo que permite a los aficionados ver de cerca a las estrellas antes de que se dé la salida.

Para muchos aficionados, asistir a una carrera en Bristol es una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida. Combina la emoción pura y el contacto directo de las carreras en circuitos cortos con la sensación de gran evento de los recintos más grandes de la NASCAR. Tanto si es tu primera visita como si es la quincuagésima, un fin de semana en el Bristol Motor Speedway es algo que nunca olvidarás.